Si una persona ama a otra, y es correspondida se forma inmediatamente un vínculo; sí una persona ama a otra y recibe en cambio odio, menosprecio, repugnancia o cualquier otra forma de resentimiento o antipatía, también se formará un vínculo y por el resto de su vida estas vinculaciones influenciarán la existencia de aquellos así vinculados, en proporción a la intensidad de las emociones que hayan experimentado. La única forma de liberarse del vínculo es que el otro u otra te sea indiferente.
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